Primero, antes de realizar el video, preparo mi espacio de trabajo para conectar con el rostro. No tengo prisa. A veces los rostros se expresan nada más mirarlos, otras veces requiere más tiempo. Y hasta que no he conectado no puedo empezar. Preparo mi guion, unas escuetas anotaciones en mi cuaderno para desarrollar, y que no se pierda nada de información.
Estamos, sólo el rostro de la persona buscadora en mi Tablet, mi bolígrafo digital y yo en pleno silencio. Le doy a REC y empiezo a habla sin parar. Pude ser una hora o tres, depende de la complejidad. En el transcurso del estudio, mientras hablo, me dejo sentir, y en muchas ocasiones sale de mi boca literalmente información que no había anotado en mi cuaderno, porque al fluir profundizo y aparecen más herramientas. Esto me da mucha satisfacción y me ayuda a confiar en el proceso.
Para organizar la información, la complejidad de los temas es de menos a más. Comienzo con conceptos sencillos, para que se entiendan después conceptos como la complejidad de la zona mental, la emocional, la instintiva, el perfil, el rostro social, el rostro interno, la sonrisa etc.
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